Mi Segunda Clase de Golf: El Momento en que Todo Empezó a Tener Sentido

En mi segunda clase de golf dejé de sentirme torpe y empecé a disfrutar de verdad. Si tú también quieres pasar de frustrado a enganchado, aquí te cuento cómo fue y por qué seguir es la mejor decisión.

6/30/20251 min read

🏌️ MI SEGUNDA CLASE DE GOLF: DE TORPE A ENGANCHADO EN UN PAR DE GOLPES

Ya no era el nuevo.
Ya no me temblaban las manos.
Bueno, no tanto.

Llegué a mi segunda clase pensando:
“Seguro que hoy la lío menos.”

Spoiler: la lié igual.
Pero me dio igual.

Porque esta vez, entre fallo y fallo, empecé a sentir algo raro:
Confianza.
Como cuando estás en una ciudad desconocida, pero ya sabes volver a casa sin GPS.

🎯 Algo cambia en la segunda clase

Ya no preguntas qué es un hierro.
Ya no miras el palo como si fuera una escoba de tres cabezas.

Ahora lo coges y dices:
“A ver si hoy la clavo.”
Y a veces… la clavas.

El profesor no te habla igual.
Ahora te corrige con detalles que antes ni entendías.
Te afina. Te empuja.
Y tú, sin darte cuenta, empiezas a golpear con intención.

🧠 El cuerpo empieza a entender

No todo.
Pero sí lo justo para que cuando la bola vuela recta…
sientas una descarga por dentro que te hace sonreír como un idiota.

Y eso, amigo, es el principio del vicio.

💡 ¿Pensabas que ibas a aburrirte en la segunda clase?

No.
Aquí es donde empieza el enganche.

Aquí es donde notas que puedes mejorar.
Que no eres tan torpe.
Que hay algo en ti que quiere más.

Aquí es donde el golf deja de ser un experimento…
y empieza a convertirse en algo tuyo.

🏁 ¿Qué pasó al final de esa clase?

Me quedé un rato solo en el campo, con el último palo.
Y pensé:

“Ahora sí que sí. Ahora esto va en serio.”

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No por mejorar.
Por descubrir hasta dónde puedes llegar cuando no te rindes al primer intento.