Por qué tu swing de golf no mejora aunque practiques todos los días (y cómo arreglarlo)

Ese swing de golf que repites… ¿mejora o lo haces porque nadie te dijo lo contrario?

Hay una escena que se repite cada semana.

Un alumno de golf —nivel intermedio, con ilusión y frustración a partes iguales— me dice:

“César, llevo meses haciendo lo mismo, pero el swing no mejora”.

Y yo le pregunto:
“¿Tú por qué lo haces así?”

Silencio.

Cara de: “Porque siempre lo he hecho así, ¿no?”

Y ahí está la trampa.

—

Repetir no mejora. Entender mejora.

Tú puedes repetir un error mil veces.
De hecho, lo haces con estilo. Hasta con elegancia.
Pero sigue siendo un error. Uno que el cuerpo memoriza.
Y luego el cuerpo lo defiende, aunque esté mal.

—

¿Quieres una verdad incómoda?

Muchos swings de golf no están rotos… solo están mal enseñados.

Hay profesores que te dicen “muñeca recta”, “gira más el tronco”, “suelta más el palo”…
Pero no te explican por qué.
Ni para qué.

Solo instrucciones, como si fueras un robot.
Y tú obedeces, claro. Como buen alumno.

Pero no mejoras. Porque no lo entiendes.

—

Ahora bien.

Cuando tú entiendes cómo influye el grip, el plano, la salida del palo, el cuerpo y el ritmo…
Ya no necesitas repetir.
Solo necesitas aplicar.

Y ahí cambia todo.

—

Yo no enseño para que me hagan caso.

Enseño para que entiendas lo que haces.
Y cuando lo entiendes… el swing no solo mejora:
Te lo crees. Lo sientes tuyo.

—

¿Quieres comprobarlo?

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Gratis. Sin postureos. Y con la misma voz con la que doy clase.

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Nos vemos en el siguiente artículo, o mejor aún…
en tu siguiente golpe bien pegado.

—César